La Península de la Guajira es el punto más septentrional de América del Sur, además de ser uno de los lugares más remotos de Colombia. Llegar hasta allí no es fácil. Para recorrer los escasos 200 kilómetros que nos separaban del Cabo de la Vela tuvimos que tomar 4 medios de transporte (que se convirtieron en 5 en el camino de retorno), desde una furgonetilla hasta un taxi colectivo, pasando por un autobús de lujo y una camioneta. La parte más interesante fue compartir las 3 horas de la camioneta que llegaba hasta El Cabo con la gente local. En esta pick-up que podéis ver nos apretujamos unas 15 personas, entre ellas un señor que se dedicó a repartir entre los hombres y las extranjeras chupitos de ron de la guajira cada 15 minutos. El brebaje provenía de una botella de plástico reciclada y no estaba del todo malo, aunque nosotras sólo bebimos un par de chupitos (por no hacerle el feo). El resultado de las numerosas rondas fue una cogorza colectiva, donde uno casi se cae de cabeza al bajarse y que, según sus compañeros, estaba "listo para la foto". Las tres mujeres, junto con sus hijos, que también viajaban en la camioneta no abrieron la boca en todo el camino.